EL MUNDO DEL CINE

En La Salle, los viernes, antes del final de las clases, íbamos al teatro para ver los trailers de las películas, que el domingo pasaban en el cine del colegio. En fila india como pelotones, llenábamos el aforo del frío teatro. Justo el momento en que las luces de la sala se apagaban, y empezaba la proyección, entraba en otra dimensión. La intensa luz que entraba por mis retinas, me transportaba a un lugar, en el que yo, quería ser protagonista. El sonido hacía que mi vello se pusiera de punta. Me preguntaba: ¿Qué habría detrás del rayo luminoso que salía de aquella diminuta ventana? Poco a poco, me fui aficionando a la técnica de la proyección. Fue casualidad, que uno de los compañeros de patio, fuera el encargado de las proyecciones del colegio. Así, que manos a la obra, y, como dice el dicho "quien la sigue, la consigue" Al poco tiempo, me hice amigo de Pedro, el maquinista. Por fin llegó el día, que me propuso ser su ayudante en cabina de...