DE NIÑA A MUJER

Dentro de la barriga, ya eras todo un terremoto, quizás por la música a toda pastilla que oías del exterior, o de algún concierto de Juan Luis Guerra que presenciaste desde tu cómodo habitáculo, esperando poco a poco y con mucha tranquilidad, que tu cuerpo se formara. La primera vez que escuché tu corazón, quedé sorprendido y alucinado, por la velocidad que tenía. En pocos meses, ya tenías ganas de fiesta, y empezaron tus bailes, tus movimientos, apreciados perfectamente desde fuera. Lo mejor de todo, era, cuando ponía mi mano en la barriga mamá y esperaba el momento de la patadita o puñetazo, que dabas con toda tu energía. Poco tiempo tuve que esperar para verte. En el hospital tuve la gran suerte de presenciar tu salida, con un poco de guerra, ya que te costaba salir, porque pensabas: “Con lo calentita que estoy aquí, ¿para qué voy a salir?, pero con la ayuda del médico, asomaste la cabeza, mirástes, te gustó lo que estabas viendo y decidiste salir. Allí estabas tú, toda morada, casi estrangulada por el cordón umbilical. En segundos, tus llantos enérgicos me provocaron una gran emoción. Cuando pude tenerte en mis brazos, noté una sensación muy especial difícil de explicar, eso que estabas llorando y gritando como una hiena salvaje.
Con el tiempo, y después de pasar los apuros que tiene un padre novato, ibas creciendo, y tu vista pasó de ver sombras y siluetas, a ver normal. Por fin pudiste ver mi cara y poder conocerme. ¡¡¡ Feo ¡!! ¿verdad? Y más, con esas gafas de  “Escamilla” que llevaba en esos momentos, menos mal que no te dio un “patatús” en ese momento. Los cólicos que tenías, te hacían enrabiar, te cogía en brazos y empezaba a correr de una punta del pasillo a otra, eso te calmaba rápidamente. Luego llegaba la hora de dormir, ¡¡¡Madre mía!!!, lo que te costaba, tenía que dormirte en brazos, y te cantaba todo el repertorio de canciones que sabía y no había forma, solo querías fiesta y fiesta. Eso sí, cuando te ponía enfrente del espejo y te cantaba la canción de “Chin, Chimenea, Chim, Chim, Cheró”, te relajabas, y tus ojos poco a poco se iban cerrando, momento en que te llevaba a la cuna. En el momento que ya no notabas las manos, empezaba otra vez el recital de la gran soprano “Montserrat Caballé” y vuelta a empezar. Siempre me acordaré de aquella noche cuando, después de varios intentos para dormirte en la cuna, a las dos horas, caíste derrotada  cogida a mi mano. Cuando tus ronquidos ambientaban aquella noche fría de invierno, poco a poco y suavemente, solté tu mano muy dulcemente. En el momento que se despegó de la tuya, tus ojos se abrieron fulminantemente acompañados por unos “dulces” lloros, hasta que ponía mi mano en tu mano e inmediatamente volvías a un estado placentero. Así toda la noche, hasta que, después de varios intentos, ya no aguantaste más y te dormiste.  
Cada día que pasaba, crecías más, más y más, y siempre me sorprendías con alguna cosa nueva. Cuando llegaba el fin de semana, te faltaba tiempo para venir a la cama a jugar al “caballo loco”, al “Eha, Eha”, a “saltar”, y cuando venía el “cui-qui”, te morías de risa.
Un día nos distes un susto de muerte. Durante una época, tenías pequeños dolores de cabeza y de barriga. Varios diagnósticos nos decían que tenías algún virus, pero un día, en una de las consultas en el hospital, te ingresaron, porque estabas muy débil, estabas en un sueño muy profundo, que luego nos informaron que fue un “coma”. Por la noche, en pleno descanso, te despertaste como si nada hubiera pasado. Estabas perfectamente, hablando, jugando y riendo, hasta que en un instante, te quedaste con la mirada fila, con las pupilas a tope y desvariando. Inmediatamente dimos la alarma, y en segundos se produjo un código azul. Decenas de personas se presentaron en la habitación y empezaron a ponerte inyecciones, intubarte, etc. Aquello nos derrotó a tu madre y a mí. Nos sacaron de la habitación y en pocos minutos te trasladaron a la UVI. Fueron momentos muy duros, ya que, nos temíamos lo peor. Yo por dentro, me cantaba aquellas canciones que más te gustaban, para darte fuerzas y luchar. Después de varías horas, nos dejaron verte, y, allí estabas tú, toda enchufada, llena de cables,  descansando tranquilamente, menos mal, que todo quedó en un susto.
A los pocos años, nació tu hermana, un cambio importante para ti, pasabas a ser la hermana mayor, y a tener que compartir el protagonismo.
A pesar de los celos normales de hermanos, siempre te ha gustado jugar con ella, eso sí, de un modo especial, pero siempre unidas hasta la muerte.
Pasan los años, y de repente has pasado de niña  a mujer, ¡¡ya eres mayor!!. Estás  en una nueva etapa de tu vida, un poco dura para mí, pero muy feliz para ti, en la que aprenderás muchas cosas de la vida, buenas y malas, amores y desamores, momentos felices y momentos tristes, y como no, alguna que otra bronca por aquí y por allá.
Ya sabes, que tú y yo somos iguales, siempre estamos riendo, haciendo bromas,etc. pero a veces, me pongo serio, y eso no te gusta. Tienes que pensar que en esta vida, no siempre es todo “ja,ja,ja,ji,ji,ji”, y a veces nos enfadamos, pocas, pero cuando nos enfadamos, nos enfadamos de verdad  los dos, aunque luego nos duela mucho, pero se nos pasa rápido. Quiero que sepas, que siempre estaré a tu lado, en lo bueno y en lo malo. Sé que, a veces, por mi horario de trabajo, no puedo estar en todo y se me escapan algunas cosas.
 Quizás no sea el padre que hayas deseado tener, pero siempre he intentado serlo, y lucharé por ti.
Pese a lo que pese, tengas la edad que tengas, mientras yo esté en esta vida, siempre tendrás el “cui-qui”, para hacerte “pessigolletes” y hacerte reir.
Por cierto, esto, me recuerda a las películas que hemos visto juntos, de la saga de “El Padre de la Novia”, que tanto nos hemos reído….

Para mi niña grande.

Autor: Yufry



                                                                  

Comentarios

  1. papa u sentu per tot !! i que sapigues k mai et canviaria per res del mon un peto testimuu :)

    ResponderEliminar
  2. Un hijo es el mejor regalo que nos da la vida. Sólo cuando somos padres podemos entender este sentimiento y aunque la frase ya esta muy utilizada... Dar todo , sin esperar nada.
    Un beso a todos los padres
    Montse

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

AQUELLOS MARAVILLOSOS CINES...

BARCELONETA (2)

RECORDANDO FRASES CELEBRES (I)