PUB "KAOS"

Cuando estamos en aquella edad entre los 14 y 16 años en que nos creemos que  somos los reyes del mambo, en que las hormonas se van alocando cada vez más y vas mas salido que un cohete, es la época en que empiezas a ligar. Eso sí, si tienes la suerte de ser mas o menos atractivo, simpático y tienes un  cuerpo de atleta no tienes problema. Pero si  eres "esqueletor", feo, con gafas de pasta y peinado con la raya en medio, lo tienes claro.Eso sí, somos tan inocentes que nos lo creemos todo. Ahí va una "vivencia inolbidable".....

Tomando unas cañas y unas bravas en el Bar  Hispano con unos amigos, Lolo, Montse y LLuis, nos comentan que conocen un bar musical "superguay", con buena música, buen ambiente, en fin "buen rollito". hasta aquí  lo consideramos normal, ya que no era la primera vez que íbamos a un local como este. En un momento en el que estaba intentando sofocar mi garganta producido por una malvada patata brava picante con un buen trago de cerveza, Lolo comenta: "Eso si, en el pub está lleno de quinceañeras calentorras, tenéis que ir". ¡¡Ay, lo que nos dijo!!,de repente se nos iluminó el cielo, un sudor frió nos invadió todo nuestro cuerpo, nos volvimos locos, estábamos como unas motos de excitados, tanto, que ni sentíamos  el picante de las diabólicas patatas. Ya nos veíamos todos allí bailando, riendo, ligando y pasándolo en grande, ya que todos los que estábamos allí, no nos comíamos ni un rosco. Nos faltó tiempo para ir. Al día siguiente quedamos para vivir nuestra  gran aventura. Engominado hasta los dientes, la mejor ropa, cargados de colonia marca "Patrics, para hombres que dejan huella...", y sobretodo  bien afeitaditos y limpitos. Nos encontramos todos en el metro de la Barceloneta, nuestro destino era el "Pub Kaos" de la calle Gerona nº 55. En el vagón parecíamos que íbamos a desfilar en  la pasarela Gaudí, claro, todos tan maqueados, morenitos y  con un tufillo a colonia, que creo que algún pasajero todavía se está acordando de nosotros. Por fin llegamos a nuestro destino, a esas horas de un domingo por la tarde, no había ni un alma en la calle. "Tranquilos,el ambiente está dentro". Antes de entrar, los últimos retoques. Llegó el momento de entrar,  nervios, risas tontas y haciendo un poco el loco abrimos la puerta del local y entramos. ¡¡¡Ay dios mio!!!, nada más entrar, una barra a media luz nos daba la bienvenida,  las pocas personas que habían en la barra nos miraban como bichos raros.Inmediatamente el barman nos pregunta que queremos tomar, casi sin dejarnos acceder mas adentro del local. Mientras esperábamos los cubatas, nos preguntábamos, "donde está el ambiente aquí, y... las chicas?...", que raro nos parecía todo, pues solo veíamos parejas y parejas que salían de un habitáculo oscuro y casi todos despeinados. Uno de nosotros comentó: "creo que el ambiente y las chicas están en la sala de al lado, ¿vamos?". Así que bajamos de los taburetes de la barra, cubata en mano, nos dirigimos en dirección a la sala contigua. No dimos ni tres pasos, que el barman nos dice: "¿se puede saber a donde van ustedes?"," pues..... a dentro, a la disco", comentamos. "No podéis pasar de aquí, si queréis os quedáis en la barra". En ese momento se nos hundió el mundo, con la cabeza cabizbaja regresamos a la barra para acabar lo mas rápidamente el peor cubata de nuestra história. Pero, aun teníamos curiosidad para saber que había en esa sala, así, que después de tanto líquido, se nos llenó la buefta, nos fuimos al baño, y en un despiste del camarero, pudimos entrar en la famosa sala.No veíamos nada, solo unas luces muy tenues que iluminában unas diminutas mesas de cristal junto a unos enormes sofás... Cual fue nuestra sorpresa cundo nos dimos cuenta que allí estaban decenas de parejas pegándose el lote. Nos faltaron piernas para salir del local..... Naturalmente habíamos sido victimas de una "gran inocentada". Nada más llegar a la Barceloneta, nuestra misión era la "busca y captura" de los autores de la broma. No nos costó mucho localizarlos. Cuando nos encontramos y vieron nuestras caras de "paparras" que teníamos en ese momento, exclataron unas inmensas carcajadas, que creo que a día de hoy, todavía deben seguir.


El Aviñecu