EL DIA A DIA
Suena el despertador, ¡¡uff!, otro día más, me cuesta levantar, mis ojos lagañosos no me dejan ver los mandos de la ducha. El chorro de agua fría me despierta al momento, activado al 100 %. El aroma del café con leche me da los buenos días. Listo, me pongo en marcha. Algunos comercios ya empiezan a subir sus persianas, el kioskero me espera con el diario en la mano. A pocos metros la veo, toda ella muy coqueta, invitándome a bajar por las escaleras, ya me viene ese olor tan suyo. ¡¡Vaya!!, hoy veo que te han hecho un nuevo "lifting". Yo, tan fiel a ella, como cada día, acepto entrar en sus intimidades. Pero que mala eres, después de tantos años y todavía tengo que pagarte,¡ menuda eres!. Pero con que te quiero tanto, y sabes que nunca rechisto, saco mi tarjeta y ¡¡¡zas!!!, me abres las puertas de tu mundo. Dios Mio!!! cuanta gente. De repente un fuerte estruendo enloquece a toda la gente, ya lo veo, es el metro que llega, todos corriendo como locos, bajando los escalones de dos en dos, a mi no me da tiempo de guardar las cartera, ¿pero que pasa?, ¿donde está la vaquilla?. Menos mal, ya estoy dentro, pero tranquilo, he realizado ejercicio ya de buena mañana, me siento mejor. A esas horas parece una biblioteca, que gente mas relajada, unos con el diario, otros con su libro, unos con la música y otros mirando las musarañas. Al llegar a a Diagonal, me bajo relajado, he tenido tiempo de leer la prensa y ponerme al día. En el pasillo de enlace ya oigo los músicos tocando, hoy toca "Te recuerdo Amanda", todo un clásico. A los pocos segundos ese terrible estruendo vuelve a ponernos las pilas. Venga, todos corriendo para abajo. Casi no llego, las puertas del monstruo han estado a punto de partirme en dos. Ahhhhhh, algo maravilloso.... parezco una sardina en un lata de aceite, los olores desagradables y los perfumados se mezlan en un coctel explosivo. Solo dos paradas más y llego a mis destino. Al subir las escaleras y salir a la calle me desintoxica de aquella droga.. Solo me quedan doce horas para volver, Ya te echo de menos.....
És una canya, m'ha encantat l'humor amb el que descrius el fet més quotidià i desesperant que és agafar el metro.
ResponderEliminar