BARCELONETA (2)
El Karroski, una pequeña barraca de madera pintada de color verde, era mi tienda favorita, ya que tenía todo tipo de golosinas, la regaliz de palo, mi preferida. Era una fiesta cuando llegaban las novedades "dulces". Entre todos comprábamos unas cuantas, (lo que podíamos), y como buenos compañeros sin distinción de ningún tipo, las compartíamos. Por cierto, hablando de golosinas, una de las cosas que recuerdo con más ilusión, era a la salida de la guardería. Recuerdo un señor portando una bandeja tipo huevera, que gritaba...¡¡¡¡Al Chiviricoqui...Al rico Chiviricoqui!!!!. Una golosina riquísima, tipo merengue de color rosa y blanco, sujeto por un pequeño cucurucho, toda una delicia.

En verano por 1 peseta, nos refrescábamos con la Gilda, un helado a base de agua y sabor de frutas que lo sacaban del congelador en unos recipientes metálicos para flanes. Poco a poco, fueron mejorando las chuches hasta que llegó para mí el mejor chicle de la historia: “el chicle de canela” Yo con lo forofo que soy de esta especie ancestral, día sí, y día también, antes de entrar al “cole”, me compraba mi paquete de canela y disfrutaba como un camello.
En La Salle, a la hora del patio, el Sr.Ramiro, y después el Sr.Vidal, eran los encargados del bar del colegio. Ramiro me preparaba unos bocatas de nocilla caliente buenísimos....todo eso, tengo que confesar, que yo me llevaba mi bocata de casa, pero al tener “buen rollo” con los propietarios, de las puntas del pan que no utilizaban de los bocatas, me regalaban ese esquisto mini-bocadillo, que yo me ganaba, a cambio de echarles un golpe de mano de vez en cuando... un poco pelotilla ¿verdad?.
En La Salle, a la hora del patio, el Sr.Ramiro, y después el Sr.Vidal, eran los encargados del bar del colegio. Ramiro me preparaba unos bocatas de nocilla caliente buenísimos....todo eso, tengo que confesar, que yo me llevaba mi bocata de casa, pero al tener “buen rollo” con los propietarios, de las puntas del pan que no utilizaban de los bocatas, me regalaban ese esquisto mini-bocadillo, que yo me ganaba, a cambio de echarles un golpe de mano de vez en cuando... un poco pelotilla ¿verdad?.
Después, cuando mi voz frágil y de niña pasó a ser de gallina desbocada, los Donuts fueron mi gran perdición. Con un amigo, llegamos un día a comernos una caja de las grandes de Donuts, y nos sentó de coña. A mis cuarenta y pico de años de ahora, siempre un día u otro, tengo el placer de recordar aquellos momentos tan sabrosos. Con tantas chuches, bocatas, helados, y pastas, así tengo los dientes, que parecen las cuevas de Matadepera. Eso sí, vale la pena disfrutar de esos momentos tan placenteros…
Vaya! buscando la entrada "chiviricoqui" he caído por aquí. Cuanto tiempo hace que no recordaba aquellos años de niño en la escuela. En un barrio humilde y obrero de Córdoba, en los años sesenta, y en una escuela pública del "Generalísimo". Entre tantas anécdotas y sentimientos aun destella en mi memoria aquel chiviricoqui de merengue con sabor tan peculiar, en su cucurucho pequeñito y con su cucharita de colores clavada en el centro listo para degustar. Ay! aquel hombre alto y delgado que ágil cimbreaba la bandeja en la mano a la puerta del colegio. Recuerdo su aspecto limpio y aseado, con aquella blusa blanca como un pastelero que hubiese salido a repartir su producto recién hecho
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EliminarHolaaa!! Anónimo!
EliminarIgual que tú, buscando esa misma palabra,chiviricoqui,por si realmente existía para referirles a mis hijos, con qué poco nos conformamos, y qué tan gratos recuerdos...veo con sorpresa que un compañero ( anónimo) tiene los mismos recuerdos, igual los tengo en mi memoria, hasta el aspecto impoluto del hombre delgado que los llevaba a la salida del colegio. Y aún más sorprendida, porque refieres el nombre del centro " El Generalísimo", o sea, seguro que nos conocimos.. Me ha dado tanta alegría y nostalgia,que no he podido resistirme el contestar.
Un saludo, por aquellos años tan distintos a los de hoy, pero que felices los recuerdo.
Holaaa!! Anónimo!
EliminarIgual que tú, buscando esa misma palabra,chiviricoqui,por si realmente existía para referirles a mis hijos, con qué poco nos conformamos, y qué tan gratos recuerdos...veo con sorpresa que un compañero ( anónimo) tiene los mismos recuerdos, igual los tengo en mi memoria, hasta el aspecto impoluto del hombre delgado que los llevaba a la salida del colegio. Y aún más sorprendida, porque refieres el nombre del centro " El Generalísimo", o sea, seguro que nos conocimos.. Me ha dado tanta alegría y nostalgia,que no he podido resistirme el contestar.
Un saludo, por aquellos años tan distintos a los de hoy, pero que felices los recuerdo.
Soy de la Barceloneta y las Gildas más famosas que recordamos todos son las del Che, de nata efectivamente en vasitos de flan con un palito de madera.
ResponderEliminarSoy de la Barceloneta y las Gildas que recordamos todos, las del Che, era de nata, efectivamente hechas en vasitos de flan con una cucharita de madera a modo de palito. Un saludo.
ResponderEliminarQue buenos tiempos
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